El taller de Marcelo Aritzmendy en el País de la Monarca, nunca es demasiado tarde para comenzar un proyecto.
Originario de Ciudad Hidalgo, Michoacán, don Marcelo había ejercido la mayor parte de su vida como periodista aunque tenía un sueño y un don innato para poder conseguirlo. Lleno de emoción aunque con algo de miedo ante la incertidumbre se decidió a ponerlo en marcha.
Decidió cambiarlo todo por un pequeño taller de artesanías donde poder explotar ese don que le permitía manejar la madera de forma magistral y decidió centrarse en fabricar juguetes para niños. Recibió la ayuda de familiares, en especial de su hermana, con quien ha conseguido dejar huella en el folklore de Ciudad Hidalgo.
Su devoción por los artículos de madera la heredó de su padre y abuelo, figuras indispensables para nutrir sus habilidades en el trabajo manual. Los intentos, experimentos y práctica constantes lograron perfeccionar su técnica y enfocar su destreza en el diseño de curiosos juguetes, como las carretas miniatura y los pinochos.
Para Marcelo, elaborar estas piezas de madera cumple dos propósitos: hacer felices a los niños y rescatar los tradicionales juguetes mexicanos. Una de las razones por las que Pinocho suele ser el protagonista de sus creaciones deriva de la moraleja del cuento italiano: enseñar a los infantes a no decir mentiras para ser un “niño de verdad”. Mediante juegos y piezas lúdicas, este artesano intenta promover el valor de la honestidad entre los más pequeños.
Por otro lado, las carretas son las piezas que más destacan en su catálogo por la precisión y exactitud de los detalles que las conforman, por ello Marcelo intenta hacer copias a escala lo más realistas posible. Una vez que ha pensado en el diseño, busca que la madera tenga la textura, los colores y los relieves adecuados; por ello ha establecido parámetros muy estrictos en la selección de la materia prima. Por ejemplo, la madera debe estar apolillada naturalmente para que él pueda curarla cuidadosamente.
Gracias a la creatividad, empeño y perseverancia, Marcelo ha conseguido que sus pequeñas carretas y agraciados Pinochos sean un distintivo de su comunidad.
Conoce aquí su trabajo.
Textos y fotografías: Jimena Alvarado – Edición y corrección de estilo: Larissa Gil
MARíA ROSARIO
agosto 30, 2017Son preciosos e idénticos a los que conocemos y hemos visto siempre. Me encanta!!!
globaldit
septiembre 5, 2017Sí que lo son María Rosario!, mantener las tradiciones y costumbres es algo hermoso.
Gracias por tu comentario.
Cecilia
octubre 15, 2017Muchas felicidades haces un trabajo increible. Ojala la gente valore el trabajo realizado.
globaldit
octubre 16, 2017Muchas gracias Cecilia, seguro que sí, debemos valorar los trabajos hechos con dedicación y esfuerzo. Un saludo.